sábado, 27 de noviembre de 2010

Like a Rolling Stone


Había una época en que vestías tan elegante
Arrojabas una moneda de diez centavos a los vagabundos
En la primavera de tu vida, ¿no es así?
La gente gritaba, decía, «Ten cuidado muñeca, te la vas pegar»
Pensabas que estaban tomándote el pelo
Solías reírte de todos los que te rodeaban
Ahora no hablas tan alto
Ahora no pareces tan orgullosa
De tener que mendigar para tu próxima comida.
¿Qué tal sienta
Qué tal sienta estar sin hogar
Como una completa desconocida
Como un canto rodado?
Bob Dylan

Cuando supe el nombre del bloque, lo primero que me vino a la mente fue la canción de Bob Dylan, y desde entonces estuve pensando cómo relacionar ambas cosas en una entrada del blog. La idea del canto rodado, de la rueda de la fortuna, de que todo lo que sube tiene que bajar, de que no hay mal que dure cien años (ni cuerpo que lo resista), terminó de cuajar con el patchwork cuando - en el típico balance de fin de año- terminé de entender que este había sido un año "arriba".

No porque tenga plata en el banco, o empleados a cargo, o algún tipo de distinción, sino porque me siento plena, estimulada, rodeada de gente positiva, gente que hace, gente que comparte (su tiempo, su conocimiento, su experiencia, su cariño). Hablo de mi marido y mi hija, de mi madre, de Myrna y Alicia, de Ceci y mis compañeras de patch, de Mariana (que reapareció después de 10 años via facebook) con su bullicio y con Pancho ( una preciosura de bebe de un año y tres meses), hablo de Alejandra y de Gastón, mis compañeros de trabajo ( con los que aprendí que se puede trabajar riendo). Estas son las personas que me hacen sentir "arriba", que me hacen sentir que estoy en movimiento.

domingo, 14 de noviembre de 2010

Experiencia





Creer que la poseemos encierra ciertos peligros... Ayer nos reunimos, con mi amiga Alicia, a coser un bolso. Teníamos un par de patrones preseleccionados, elegidas las telas (después de probar varias combinaciones) y cuando por fin nos decidimos por el modelo "pick a pocket" nos lanzamos a la tarea de cortar y coser con una alegría casi infantil. Comenzada la tarea de corte aparecieron las primeras sospechas. El ancho del bolso, según lo que acababamos de cortar, no guardaba relación, ni con la idea que teníamos, ni con la fotografía del patrón, entonces caímos en la cuenta de que no habíamos investigado sobre las medidas finales del proyecto.








Ahora sabemos, empíricamente, que antes de largarnos a cortar nuestras adoradas telas, tenemos que investigar las dimensiones finales del proyecto. Porque el bolso playero que pensábamos estrenar este verano, resultó ser el "bolso playero de Barbie"